Juana Bach Hernández
Barrio San Francisco, Cunén, El Quiché, Guatemala
77 años de edad
“Tener manos y poder trabajar con ellas es una bendición”.
Doña Juana lleva más de 10 años en el negocio de elaboración de pan artesanal llamadas "shecas” y en su comunidad es reconocida como la señora de las shecas. Se quedó viuda con 9 hijos hace 14 años, para salir adelante instruyó a su familia a trabajar junto a ella en la panadería.
La rutina de Juana Bach es más intensa los jueves y viernes, ya que desde las cuatro de la mañana empiezan con el proceso de mojar la harina, pesar con exactitud, dejar reposar y siete horas después comienza la labor de hornear. Cada horneada es de 20 panes, en los dos días alcanzan a cocinar un promedio de 500.
Su hijo mayor es el encargado de salir cada sábado hacia una zona concurrida de Aguacatán, Huehutenango, unos 52 kilómetros de Cunén. Allí venden cada pan a dos quetzales (25 centavos de dólar). Alcanzando a vender hasta 1 mil quetzales a la semana.
Doña Juana Bach solicitó su primer microcrédito con la Fundación del Centavo -FUNDACEN-, en el año 2013 por un monto de un mil quinientos quetzales (192 dólares), en ese entonces compró trigo y empezó a vender en el negocio conocido como el de la Familia Bach.
Ana, hija mayor de doña Juana, también tiene su negocio y vende en las localidades cercanas los otros días de la semana, el emprendimiento de vender pan ha sido tan exitoso que no han pensado en cambiar de oficio.
Actualmente cuentan con el apoyo de un mozo, se organizan por tareas y distribuyen el pan como “sheca de masa madre y rapadura y sheca con harina y azúcar normal”.
A pesar de la pandemia del Covid-19, la familia Bach pudo seguir con su negocio, dado que las personas llegaban a su casa en búsqueda de adquirir el pan. En total Juana Bach ha realizado 12 microcréditos con FUNDACEN, todos pagados en forma puntual. Actualmente tiene un crédito por Q7,000 ($896 dólares).
La señora Juana Bach gracias a su buen trabajo elaborando “Shecas” y al apoyo crediticio recibido, logró superar las dificultades de su viudez y aunque es una persona de la tercera edad, trabaja activamente y sigue siendo cliente de la Fundación del Centavo.